Igual que existe la expresión principal de tu identidad visual, «el logo secundario» sería la expresión secundaria.
Piénsalo como en el fútbol: todos los equipos tienen un uniforme secundario con el que salir al campo en caso de que las circunstancias así lo obliguen.
Pues al respecto de tu marca es igual: tienes que tener una imagen que combine con las que sean las circunstancias (que en este caso podrían ser diferentes soportes y fondos en función de donde la quieras reproducir, por ejemplo).
Es por ello que una identidad principal no es suficiente, sino que también hay que desarrollar una secundaria y saber cuando aplicarla según el caso. Nosotros te lo explicamos.