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El coronavirus, la situación económica y los pequeños negocios

coronavirus

El coronavirus y su afectación al mercado

Supongo que habrás escuchado hablar ya del COVID19, esto es, del Coronavirus; es difícil no haberlo hecho teniendo en cuenta que nos enfrentamos a una pandemia global y que no hay medio de comunicación en el que no se esté hablando de la grave amenaza a la que nos enfrentamos como planeta. Por cierto, pandemia, de hecho, tiene que ver con la extensión geográfica de una enfermedad, no con su mortalidad. El diccionario dice:

Pandemia: enfermedad epidémica que se extiende a muchos países o que ataca a casi todos los individuos de una localidad o región.

Hablamos de un virus cuya principal problemática radica no en lo mortal que pueda llegar a ser, sino en lo rápido que — como ya lamentablemente hemos podido advertir — se extiende. Una expansión, la de este virus mortal, que, además, se ha visto lamentablemente favorecida por las lentas y torpes reacciones de numerosas administraciones públicas de las que ninguna de ellas en ninguno de los casos tenía el más mínimo plan de contención para un suceso similar.

Las problemáticas socioeconómicas del coronavirus

A expensas de no haberse convertido todavía en presagio alguno del apocalipsis zombie, el Coronavirus trae problemáticas a numerosos niveles, todos ellos por supuesto que entrelazados entre sí. Los gobiernos, a día de hoy, están haciendo un gasto excesivo en sanidad. Pensemos que cada bata médica, cada guante y cada mascarilla de cada especialista de la salud que entre en contacto con un infectado por el COVID19 tiene que ser inmediatamente depuesto a acto seguido, a expensas de todas las pruebas, procedimientos y equipos especiales que la crítica situación está requiriendo desde el punto de vista de lo que en principio está primero: la salud.

Ayer escuché a periodistas españoles en el programa Al Rojo Vivo de La Sexta, cadena de televisión española, quejarse  al respecto de que el Banco Central Europeo no estaba actuando en consonancia a las que son las circunstancias y a las necesidades de cada uno de los gobiernos que integra la Unión Europea. Hoy he escuchado al presidente de Serbia decir esto:

La respuesta de las autoridades chinas

Y es que, precisamente, la Organización Mundial de la Salud ha elogiado la respuesta de China, donde hace más de 2 semanas que el virus se encuentra controlado con menos de 100 casos al día diagnosticados desde entonces, muy por debajo de los 2.000 casos de contagio diarios constatados antes de eso.

Por supuesto que China ha corrido a promover — de manera ciertamente propagandística —  sus exitosos esfuerzos en la contención del COVID19, esfuerzos que incluyen el bloqueo de movilidad a casi 60 millones de personas en la provincia de Hubei — «zona cero» de la catástrofe — así como una estrictas cuarentenas y restricciones en lo relativo a viajes tanto de ciudadanos chinos como extranjeros.

¿Cuáles son los posibles escenarios a partir de hoy?

Ya tenemos a los gobiernos habiendo hecho un gasto verdaderamente intenso sola y exclusivamente para solventar la situación en la que nos encontramos; la situación a la que nos ha llevado el Coronavirus… y la estupidez humana. Pero éste ha sido un gasto, por ahora, a nivel exclusivamente sanitario.

Ahora toca afrontar otra serie de problemas. Por ejemplo, el de la comida. Una amiga, empleada de una empresa pública en Ecuador, me preguntaba anoche cómo hacer entender a sus superiores que la comida no será el problema. Si el gobierno — el ecuatoriano o cualquier otro — se gasta los millones de dólares que sean en comprar comida, genial, pero, ¿cómo la repartirá?

Porque la repartición de la comida en la que inviertan implicará un gasto logístico que o bien habrá de ser extraído de esa misma partida presupuestaria — reduciendo, por tanto, la cantidad de alimentos — o bien sumado a esa ya de por sí vasta cantidad de dinero invertida en alimentos.

¿Llegará la ayuda pública a tiempo?

Ahora bien, ¿llegará a tiempo? Porque yo me he puesto a pensar hoy en esos muchos millones de personas que, tanto en Ecuador como en otras partes del mundo, viven en función de lo poco o de lo mucho que puedan producir al cabo del mismo día en el que están viviendo y que hoy, mañana y pasado dejarán de llevar ese capital a casa que, aunque quizás exiguo, le permite/(sobre)vivir no sólo a él sino también a su familia. ¿Qué harías tú al tercer o cuarto día de no tener donde poder conseguir comida? Probablemente desesperarte y enfurecerte. Y si no sólo se trata de ti sino de tu familia… pues las peores consecuencias pueden tener lugar. Así que si esa comida no llega pronto… E incluso si llega, nuevamente, habrá de ser repartida… Y en situaciones de desesperación, el ser humano no se caracteriza por su ecuanimidad.

Sea como fuere, lo uno u lo otro implica que habrá que incurrir, igualmente, en un gasto extra en seguridad. Y todo ello mientras que las respectivas matrices productivas entran en sendos estado de hibernación y los gobiernos dejan de ingresar los impuestos que diariamente ingresaban.

El dinero, un sistema operativo hackeable

Hoy, de hecho, los servicios básicos en Ecuador son los sanitarios, los alimenticios y los financieros. Y quizás no lo veáis como lo veo yo, pero tal y como lo veo yo, yo me pregunto: ¿A qué punto ha llegado la humanidad que en un momento tan crítico como este que atravesamos, lo más básico que necesitamos para poder sobrevivir es salud, comida… y que alguien continúe moviendo la construcción totalmente cultural y efímera que es el dinero?

Porque vivimos en un mundo computerizado… y no me refiero a la Era Digital. Me refiero a que somos un mundo que a día de hoy corre sobre un sistema operativo tan absolutamente hackeable como lo podría ser cualquier otro. Este sistema operativo se llama dinero y lleva instalado en nosotros desde que se inventara hace unos 4.500 años — que, por una vez, hay algo que precisamente China no inventó primero…

Las decisiones del gobierno español en relación a las consecuencias del Coronavirus

Volviendo por donde vinimos y dejando la elegía social a un lado, observemos otro tipo de reacciones de índole económica que se están produciendo en el mundo. Tomemos el ejemplo español donde, hoy, el presidente del ejecutivo Pedro Sánchez aprobaba un paquete de medidas que incluye, entre otras, una escudo «antiopas» para que ninguna empresa extranjera pueda aprovecharse de la débil situación de las empresas españolas listadas en el Ibex 35 — el mercado de valores español –, una moratoria para el pago de hipotecas a los afectados por despidos o ERTE (expedientes de regulación temporal de empleo) así como la prohibición de cortar la luz, el gas y el agua además de avales públicos por 100.000 millones de euros y medidas para ayudar a los afectados, sobre todo a los trabajadores autónomos.

Pero, a pesar de ello, la realidad sigue siendo la realidad: y es que, por obvio, si no hay consumo, las empresas no ingresan como para pagar a sus empleados. Así que el sistema entero tiene que hibernar…

Repito: el dinero es un sistema operativo absolutamente hackeable.

Ahora bien, en este caso, en lugar de introducir un código foráneo que destruya de una forma u otra la funcionalidad del código residente — la definición de un hackeo —, lo único que necesitamos es dejar de usar el sistema operativo. Para cuando lo volvamos a usar, no tendrá más valor que lo que es: una reliquia arqueológica de la civilización atrasada que la creó.

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La realidad del COVID-19 para los negocios y los emprendedores

El Coronavirus no sólo se ha expandido rápidamente, sino que lo seguirá haciendo a una velocidad similar por bastante tiempo. Muchas naciones se encuentran firmes ante la esperanza de poder levantar la cuarentena en 15 días. Ecuador es una de ellas. 

Es más, si no lo sabías, yo te lo digo: aproximadamente 13.000 nuevos casos de contagio se están produciendo al día, un índice que, de hecho, no hace sino crecer cada vez más rápido. Pensar que esto será una situación de dos semanas es ser más optimista de lo debido. Tengamos en cuenta que sólo hace cinco días que la ciudad china de Wuhan, epicentro del brote epidemológico del coronavirus reportó tan sólo cinco nuevos casos de infectados por el COVID19, lo que implicaba que, por segundo día consecutivo, el recuento total de infectados era de menos de 10 personas. Es decir, que han sido más de 60 días los que les ha llevado controlar el brote vírico.

¿Cuánta gente padecerá las consecuencias del Coronavirus?

En definitiva, es imposible saber cuánta gente acabará infectada o, lamentablemente, fallecida. Tanto así que hace no más de una semana, concretamente el 11 de marzo, el Washington Post citaba a Anthony Fauci, director del Instituto Nacional Estadounidense de Alergias y Enfermedades Infecciosas diciendo:

«Bottom line, it’s going to get worse.»

Igualmente, si bien es verdaderamente complejo saber qué consecuencias deparará la pandemia del Coronavirus a los mercados, los negocios, los emprendedores y los marketeros, lo que está claro es que no serán las más positivas.

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Source: Neil Patel.

 

Los negocios lo pasarán mal; los emprendedores, peor.

Preparaos para un par de años de pérdidas incluso si la epidemia detuviere su crecimiento inmediatamente o incluso si, al menos, redujere su ritmo de expansión con la temporalidad con la que lo ha hecho en China, donde el COVID-19 ha provocado una reducción de las ventas al por menor de un 20,5% y donde la tasa de desempleo creció al 6,2 en Febrero.

Empecemos desde el principio.

Los gobiernos ingresan, principalmente, cobrando de donde pueden: de tu sueldo, de la empresa que te cobra, de la empresa que te paga y de todos los impuestos que por cualquier cosa has de acabar pagando porque, a fin de cuentas, el gobierno nunnca tiene lo suficiente para costear la corrupción… ¡ejem!, que diga, la inversión pública — y piensa que tú tienes mucho más para vivir de lo que necesitas y has de costear la corrupción… ¡ejem!, que diga, el bien común.

Pero tú has dejado de gastar por lo que no hay empresa que te cobre, por lo que esa empresa ya no le paga al gobierno. No hay empresa que te cobre, por lo que no hay empresa que pueda mantener una estructura de recursos humanos a la que poder pagar. Las empresas no pueden pagar a sus empleados, luego los despiden. Como ya no te pagan, no tienes que dar ninguna parte de tu sueldo al gobierno. Un gobierno que está gastando indeciblemente en sanidad hoy… y en alimentos y seguridad mañana.

Nadie quiere mover su plata.

Una plata que no se mueve es una plata que no genera más plata. Y el otro tipo de empresa al margen de la pública que hace sus dividendos de lo mucho que se mueva el dinero son las instituciones financieras, por supuesto. Instituciones financieras que, una vez más, ven, por ejemplo, como los gobiernos les obligan a demorar los créditos sobre los que los bancos generan sus beneficios durante largo período.

Así, tenemos que los consumidores no gastan, las empresas no cobran y, por tanto, ni ingresan al gobierno ni tienen con lo que pagar a sus empleados. Los empleados van a la calle, no cobran y, por tanto, no aportan a un gobierno que, en cambio, cada vez que tienen que enfrentar un mayor y más diversificado gasto público. Y, entre dichos gastos, hacer frente al imparable aumento del desempleo. Y los bancos — si es que alguna vez quisieran — tampoco tienen cómo apoyar al erario público salvo — y porque no les queda otra — acatando las decisiones del gobierno al respecto de cómo manejar ciertos cobros.

Volvamos a echar un vistazo a esta gráfica cortesía de Neil Patel y miremos la última de nuestras columnas a la derecha: el Coronoavirus hará perder a la industria del turismo y del transporte 820 mil millones de dólares.

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Virgin Atlantic acaba de pedirle a su personal que tome una licencia sin sueldo de 8 semanas. Se estima que, en total, el COVID19 le costará a la economía global $ 2.7 billones.

Be fearful when others are greedy, and greedy when others are fearful.

Llevando la contraria al mercado

Es decir, «Sé temeroso cuando otros sean avariciosos y avaricioso cuando otros sean temerosos». Todos lo sabemos: es momento de recortes, de medidas financieras muy duras, de «paquetazo». Una vez más, el Coronavirus va a traer a la economía global pérdidas de más de 2,7 billones de dólares, lo que, por obvio, implicará un serio período de recesión.

Ahora bien, aunque pueda parecer lo contrario, puede que éste sea — en caso de disponer de posibilidades — el mejor momento de invertir.

¿Cuándo no hemos vivido en crisis?

Hablaba con otra amiga diferente a la que mencionaba al principio de esta publicación de que «se vienen dos años muy duros». Y sí, sin duda que se vienen, pero… ¿qué es para vosotros vivir en crisis? Lo digo porque yo que tengo 34 años — nací en 1985 y, como tal, soy millennial — no recuerdo haber vivido muchos momentos de los no llamados «de crisis». Recuerdo la crisis post-Expo ’92 en España así como la crisis tras la llegada del euro, la financiera mundial, la de la «burbuja punto com» y, por supuesto, la de la burbuja financiera.

Y es que si algo se aprende tras sobrevivir a una crisis detrás de otra es que el mejor tiempo para duplicar tus apuestas en lo relativo a tu negocio — o tus negocios, si es que tienes más de uno — es ésta: justo cuando todo el mundo se comienza a atrincherar detrás de lo poco o mucho que sea que cree tener, justo entonces es el mejor momento para lanzarse a la aventura de crear lo que otros — habidas circunstancias de recelo e incluso miedo — no se atreven.

A fin de cuentas, durante un proceso económico decreciente como éste en el que nos encontramos, la competencia baja, lo que implica que conseguir resultados es más fácil y rápido que nunca; tenlo en cuenta. Por otra parte, aquellos inversionistas sentados sobre una pila indecible de dinero están en su día de suerte: todas las empresas que cotizan en bolsa en los Estados Unidos, si el mercado sigue bajando, tendrán dificultades para pagar sus deudas — que, por cierto, va ya por los 75 billones de dólares —, lo que significa que algunas de esas empresas irán a la quiebra, serán compradas por esos «afortunados» inversionistas privados o habrán de ser finalmente rescatadas por sus gobiernos. Algunas de ellas, las más poderosas, quizás tengan la suerte de aguantar reduciendo los costos lo más posible, pero para la mayoría hoy ya es demasiado tarde.

Pero si eres de los que presume de resiliencia, ésta es tu oportunidad para ganar cuota de mercado. Que no salir a la calle no sea una excusa. Con estrategias digitales puedes seguir impulsando tu negocio conviniendo con las normas que, a expensas de haber sido ahora impuestas por esos torpes gobiernos a los que antes hacíamos mención, dicta la lógica:

  • Quedarse en casa.
  • Mantener la higiene al más alto nivel.
  • Mantenerse hidratado y vitaminado.
  • No compartir información alarmista sin haberla corroborado.
  • Cuidar de nuestros mayores y de nuestros pequeños.

No esperes un retorno inmediato

Ahora bien, si piensas que ésta es tu oportunidad de «comerte el mundo», hazlo con una dosis de paciencia mayor a la que desde AGLAYA siempre recomendamos. Ten en cuenta que lo más probable es que no veas un retorno de tu inversión a corto plazo, sino al largo: cada vez que el mercado se desploma por encima del 20% tarda en promedio 536 días en recuperarse:

Conclusiones

A medida que la sociedad global se recupere, por obvio, comenzaremos a ver aumentar los ingresosy el retorno de nuestras respectivas inversiones en marketing se disparará. Con suerte, el Coronavirus pasará pronto y tendrá un impacto mínimo en la vida de los seres humanos que habitamos este planeta que es La Tierra. Económicamente, por desgracia, el impacto será muchísimo más duradero.

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10 comentarios

  1. Absolutamente todo acertado! Gracias por compartirnos información excepcional e importante para tomar en cuenta en estos momentos.

  2. Me ha gustado y en gran manera los puntos tratados en este post; se tratan los diversos ejes y problemáticas; no solo del sistema satinario sino también el contexto socioeconómico y las implicaciones financieras para los sectores más vulnerables.

  3. Importante planteamiento, donde la audacia del emprendedor tiene que estar siempre presente.
    Después plantear la necesidad de aprender de todo, para salir más fuerte aún

  4. Esta situación nos tomó por sorpresa, ha afectado al sistema económico, educativo y social. He escuchado que si tenemos salud la parte económica se podría recuperar, asi tardemos dos años. Excelente tu análisis, China tiene la economía para superar esta crisis construyendo hospitales, atendiendo miles de pacientes y tomando medidas para evitar la pandemia. No es la realidad de la mayoría de países igual que la de China así que la situación económica estará más afectada

  5. La información es muy interesante, debemos tomar en cuenta la economía mundial e interna a largo plazo, ya que esto durará varios meses.

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Ibai Fernández

Ibai Fernández

Con su hogar a ambos lados del Atlántico, Ibai es creativo por naturaleza y experto en marketing y comunicación de profesión. Psicopedagogo, escritor, músico, fotógrafo, cineasta, actor… Fundador de AGLAYA y de Elm St. Productions, entre otros proyectos.
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